Contemplo mis manos y las veo vacías,
aleteando en silencio nuevas despedidas,
sumando tristezas, restando alegrías,
dibujando ilusiones que hoy están perdidas.
aleteando en silencio nuevas despedidas,
sumando tristezas, restando alegrías,
dibujando ilusiones que hoy están perdidas.
Al mirarlas veo, en dibujo indeleble
viejas cicatrices que diseñan sueños
que ayer construyeron ilusiones vanas
que se diluyeron y hoy son recuerdos.
Hoy las veo extrañas, reposando inertes
sin el pulso interno que les diera vida,
reflejando en silencio el actual momento
que mi alma sufre ante la partida.
No las reconozco, aún siendo mías.
No encuentro en ellas, el impulso firme
que fuera motor en tantas partidas.
Hoy no me responden, hoy están vacías.
Mónica E. Q.